Durante más de siete décadas, el lugar de descanso del legendario USSAvispón(CV-8), uno de los portaaviones más condecorados de la Segunda Guerra Mundial, siguió siendo uno de los misterios más perdurables del océano.
Perdido en 1942 después de una brutal batalla en el Pacífico, el destino del barco parecía sellado en el mito y la memoria.
Pero en un descubrimiento que ha asombrado tanto a historiadores como a oceanógrafos, un dron submarino de última generación finalmente encontró elAvispón– y lo que capturó en cámara ha dejado a los expertos sin palabras.
El descubrimiento fue realizado a principios de 2025 por un equipo de investigación del Programa de Exploración Oceánica Vulcan, financiado por la fundación del fallecido Paul Allen.
Usando un sumergible autónomo avanzado llamadoExplorador del abismo II, equipado con un sonar ultraprofundo y tecnología de mapeo visual de 8K, el equipo localizó elAvispóna una asombrosa profundidad de casi 17.000 pies en el Pacífico Sur.
El portaaviones fue encontrado a más de 340 millas al noreste de las Islas Salomón, exactamente donde muchos creían que se había perdido después de la fatídica Batalla de las Islas Santa Cruz.
“Cuando vimos aparecer la silueta por primera vez en el sonar, supimos que estábamos ante algo extraordinario”, dijo el líder de la expedición, el Dr. Marcus Ellery.
“Pero nada nos preparó para el estado del barco.
Se conserva de una manera que casi parece imposible, como si el tiempo mismo se detuviera en el momento en que se hundió”.

Las primeras imágenes transmitidas por el dron muestran elAvispóndescansando inquietantemente erguido en el fondo del océano.
A pesar de haber estado sumergido durante más de 80 años, gran parte del casco permanece intacto.
El nombre del barco todavía es apenas visible en la popa, y la cubierta de vuelo, que alguna vez estuvo llena de aviones de combate y tripulación, yace inquietantemente vacía, con sus catapultas y cables de detención congelados en su lugar.
Aún más sorprendente es el hecho de que se encontraron varios aviones, incluidos los bombarderos en picado Douglas SBD Dauntless, esparcidos alrededor del naufragio, algunos de los cuales parecían casi intactos, con sus hélices aún brillando bajo capas de limo marino.
Pero el descubrimiento más inquietante no fue la preservación del barco, sino lo que apareció en su interior.
ComoExplorador del abismo IIMientras maniobraba por los oscuros pasillos del naufragio, sus cámaras captaron algo que el equipo describió como “inquietantemente humano”.
Figuras que parecían siluetas de hombres, inquietantemente preservadas por reacciones químicas entre el agua de mar, el petróleo y la corrosión metálica, parecían estar congeladas en compartimentos y pasillos.
“No soy un hombre supersticioso”, dijo el Dr. Ellery, “pero ver esas formas a la luz del dron fue como mirar a los ojos del pasado.
Fue profundamente emotivo… y, francamente, aterrador”.
Los historiadores dicen queAvispónEl descubrimiento cierra una de las historias más heroicas de la guerra.

Encargado en 1941, el portaaviones jugó un papel fundamental en el lanzamiento del ataque Doolittle a Tokio (la audaz represalia de Estados Unidos después de Pearl Harbor) y luego luchó valientemente en el Teatro del Pacífico.
Durante la Batalla de las Islas Santa Cruz en octubre de 1942, elAvispónsufrió ataques devastadores de torpedos y bombarderos en picado japoneses.
Después de múltiples intentos fallidos de remolcarlo a un lugar seguro, se dio la orden de abandonar el barco.
Las fuerzas estadounidenses lo hundieron y desapareció bajo las olas, llevándose consigo a más de 100 marineros.
“ElAvispónEra algo más que acero y remaches”, dijo el historiador naval Capitán William Greer, USN (retirado).
“Ella representó coraje y sacrificio.
Verla ahora, perfectamente conservada en el silencio de las profundidades, es a la vez hermoso e inquietante”.
Las imágenes recopiladas durante la misión están siendo analizadas actualmente por un equipo de investigación conjunto en los EE. UU.
Comando de Historia y Patrimonio Naval.
Los escaneos preliminares sugieren que la condición del barco desafía los patrones normales de descomposición en las profundidades marinas.
Los expertos creen que la extrema profundidad, la falta de luz y los bajos niveles de oxígeno crearon un entorno de preservación casi perfecto: una especie de cápsula del tiempo submarina.
Para aumentar el misterio, los sensores del sumergible también detectaron débiles anomalías electromagnéticas cerca de los restos del naufragio, lecturas sutiles pero persistentes que los investigadores aún tienen que explicar.
“No estamos hablando de fantasmas”, dijo el Dr. Ellery con una risa nerviosa.
“Pero hay algo en ese sitio que se comporta de manera diferente a cualquier naufragio que hayamos estudiado”.
Hay planes en marcha para lanzar un documental completo a finales de este año, presentando las imágenes recuperadas y entrevistas con descendientes del original.Avispónmultitud.
Para muchas familias, el descubrimiento ofrece un cierre tan esperado y una conexión tangible con sus seres queridos que nunca regresaron a casa.
Sin embargo, para los científicos que vieron los restos del naufragio con sus propios ojos, la sensación es mucho más compleja.
“Es asombro, es dolor, es miedo”, admitió el Dr. Ellery en voz baja.
“El océano guarda bien sus secretos.
Y a veces, cuando finalmente nos lo devuelve, nos recuerda lo pequeños que somos en realidad”.
Después de setenta y siete años de silencio, elAvispónfinalmente ha sido encontrada, pero las preguntas que plantea su descubrimiento son más profundas que el mar mismo.