Triste noticia: El adiós silencioso de un pitbull fiel tras la muerte de Hulk Hogan
Tras el repentino fallecimiento de Hulk Hogan, el legendario ícono de la lucha libre, el mundo entero quedó en shock. Millones de fanáticos lloraron la pérdida de una figura que marcó generaciones. Pero entre todas las muestras de dolor, hubo una que conmovió de una manera especial: la de su perro, un pitbull llamado Hulk, criado por él desde cachorro.

Hulk, el perro, no era solo una mascota. Era un compañero leal, siempre a su lado en los momentos buenos y en los difíciles. Según personas cercanas a la familia, el vínculo entre ambos era inquebrantable. Por eso, en el día del velorio, cuando el ataúd fue colocado junto a la tumba, Hulk se acostó a su lado en silencio… y no se movió.
Durante horas, el perro se mantuvo inmóvil, con la cabeza baja, sin comer ni beber. Lo más impactante fue lo que ocurrió justo antes de que el féretro fuera enterrado: Hulk se levantó lentamente, dio una vuelta alrededor del ataúd, y emitió un único aullido profundo, largo y desgarrador. Luego, se echó nuevamente, apoyando su cuerpo contra la lápida donde ya aparecía el nombre y el rostro grabado de su querido dueño.

Testigos no pudieron contener las lágrimas. Algunos dijeron que nunca habían visto algo tan puro y triste a la vez. Otros susurraban que el perro entendía perfectamente que su mejor amigo se había ido.
Las imágenes de Hulk junto a la tumba se hicieron virales rápidamente, con mensajes de apoyo y respeto desde todo el mundo. “No solo perdió el mundo a una leyenda… también un perro perdió a su alma gemela”, escribió un fanático.

Hulk sigue bajo el cuidado de la familia Hogan, quienes han prometido darle todo el amor y el cuidado que se merece. Pero es difícil ignorar la mirada de tristeza que aún guarda ese pitbull… una mirada que habla de amor eterno y de una despedida que, quizás, nunca quiso dar.